Laura, la hija de los Sandoval, cree escuchar una conversación entre Mariano y Rafa en la que Mariano le aconseja a su hijo que si no para de recibir negativas constantes de Laura que se olvide de ella y se busque otra novia. A Laura esto no le hace ninguna gracia ya que ella no quiere que Rafa deje de intentarlo con ella y prestarle atención por lo que va a decidir darle celos para que abandone la idea de olvidarse de ella.
Laura intentará sobornar a Charlie para que haga el papelón de intentar ligar con ella y Rafa se ponga celoso, pero no le sale nada bien la jugada porque Charlie como buen amigo le comenta la idea de Laura a Rafa. Al ver que su plan no fluía porque Charlie no había aceptado su soborno, improvisa dándole un beso delante de Rafa y este se queda realmente sorprendido.
Cuqui se ha echado un nuevo novio con el que ha descubierto el mundo zen y los beneficios de tanta espiritualidad por lo que al comentárselo a Loli, esta decide apuntarse a terapias espirituales y además practicarlas con toda su familia que no está muy por la labor.
Pide al novio de Cuqui organizar una terapia que no es muy bien recibida por Mariano, pero ya le remata cuando Loli le habla de que quiere practicar sexo tántrico. Al principio Mariano no sabía de lo que hablaba pero lo que peor lleva es que es un sexo sin llegar al acercamiento entre ambos durante un tiempo y por más que lo intenta no concibe la idea de sexo sin tocamiento, por lo que Mariano acaba negándose a practicar ninguna terapia ni practicar nada que tenga que ver con ello.
Bea por su parte empieza a experimentar algo nuevo para ella, su primera menstruación, por lo que echa mucho de menos a su madre en estos momentos tan personales y aunque Ernesto crea que puede estar a la altura en un tema como este con su hija y hacer que no eche en falta a su madre para este tema, pero Loli le deja claro que una cosa es saber la teoría pero nunca podrá estar a la altura en la práctica.
Ernesto se obceca en la idea de ser suficiente para su hija en estos momentos, por lo que pide ayuda a su vecino Mariano e intenta explicar a su hija el uso de los tampones y las compresas a toda la pandilla de la edad de Bea, por lo que como podemos imaginar será un completo desastre.