Manuel no puede perdonar a María por haberle ocultado sus dudas sobre la futura paternidad y decide marcharse para resolver otro conflicto: las tierras que Claudia reclama en litigio.
Mientras tanto, Guillermo intenta acercarse a Custodio, quien lo rechaza con desprecio; sin embargo, esa misma noche, y sin mediar palabra, se entrega a sus brazos.
Manuel viaja a Madrid en busca de abogado y trabajo, preparándose por si pierde la finca, y recuerda a María que debe seguir pagando su deuda.
La llegada de Luisa, con su aire de actriz, revoluciona el pueblo. Finalmente, Claudia pierde el juicio como heredera al no presentar pruebas y decide marcharse.