José llega a La Mancha con la duda sobre su paternidad sembrada por Justa. Aunque María insiste en que el hijo no es suyo y él intenta convencerla para que vuelva con él, acaba marchándose; aun así, su visita inesperada deja a la andaluza profundamente inquieta.


Mientras tanto, Ramón se desvanece. El Dr. Calderón lo examina y le recuerda la gravedad de su lesión cardíaca y el escaso tiempo de vida que le queda, un secreto que ambos han mantenido en silencio durante mucho tiempo.


Consciente de que su final se acerca, Ramón sorprende a María y a Manuel regalándoles unas tierras recién adquiridas y les confiesa su dolencia. Poco después, Concha acude a verlo para revelarle que su hermana Carmen le fue fiel hasta la muerte y que Claudia, la niña considerada bastarda, es en realidad su hija.
Por su parte, José tranquiliza a los trabajadores asegurándoles que conservarán sus empleos y presenta a la nueva celadora, Justa.


Decidido a no depender de la harinera de José, Manuel viaja a Soria en busca de nuevos clientes, mientras José, apoyado por Justa, investiga minuciosamente los puntos débiles del joven para usarlo en su contra. En paralelo, Claudia le comunica a María que reclamará la herencia que le corresponde: la finca es suya.


La tensión aumenta cuando Manuel descubre que el hijo que espera María quizá no sea suyo, sino de José, su mayor rival.