Paulo sigue pensando en María Alicia y sospecha que ella se ha casado, aunque la mujer lo niega. El joven se lo cuenta a su amiga Laura, quien le aconseja ir a terapia. El poeta lo intenta ir al psicólogo, pero cuando sale de la sesión considera que se ha curado ya, puesto que no se ha enamorado de la terapeuta.

No obstante, se siente fascinado con Natalia que provoca los temores de Paulo y los dos mantienen sexo colgando de las telas. Además, ambos se sorprende con la llegada de Alfredo, su esposo; él se presenta con Alfredo y se va.

Cabral, que calcula el final de su vida sexual, disfruta de una noche de amor con Margarete. Paulo le cuenta la aventura con Natalia a su gran amor, María Alicia. Por su parte, Natalia le cuenta a Paulo por qué estuvo con él y luego se despide. Cuando cree que sus sueños han terminado, María Alicia llega a su casade sorpresa.