Angela le muestra a Pedroso la sala de juguetes de sus hijos, y éste se siente emocionado, así que la besa. Alfredo afirma que Rosa aún está enamorada de Pedroso y Lidia le llama la atención a Camila. Kiko fotografía todas las páginas del expediente y Severino se mantiene armado y escondido en la propiedad de Angela, donde no se va a arrepentir de cumplir su cometido porque recuerda perfectamente que le pagaron muy bien para matarla.

Dora relata que era novia de Bruno y que tuvo una discusión con él por culpa de Hilda, pero que durante la fiesta decidieron reconciliarse. Hilda sufre por haber sido sustituído y le había pedido a Bruno que recupere el expediente que está en manos de Bernardo, pero él se niega a ayudarla.