Los descubrimientos de Julio y Alicia acaban llevando ante juicio a declarar a Doña Teresa, la cual previendo esto paga a Belén y a cambio de contratarla como la nueva gobernanta del hotel esta tendrá que testificar en el juicio en contra de Ángela, para que sea ella la principal sospechosa y no Doña Teresa que parece la principal involucrada en la muerte de Don Carlos.

Pero finalmente no es necesario cuando Alicia, después de haber tenido una pequeña discusión con Julio, recapacita y accede a subir a declarar contra su madre para que finalmente pueda hacerse justicia, por lo que Doña Teresa decide contar la verdad que ella cree que sabe sobre la muerte de su marido y es que se suicidó.

Todos creen la versión de Doña Teresa, pero realmente no fue así, en este episodio se descubrirá quien es el verdadero asesino de Don Carlos, ya que aunque piensan que se suicidó y hay una prueba que lo acredita, es todo una mentira.

La prueba que presenta la matriarca de los Alarcón la obtiene a través de Diego que la tenía guardada, pero como la mayoría de personas en el Gran Hotel, no hacen favores a cambio de nada. Doña Teresa se ve obligada a dar a Diego la propiedad del Gran Hotel y de las minas de la familia.

Si Diego se ha quedado con las minas y el Gran Hotel, está claro que los hijos de Doña Teresa se han quedado sin ello, incluido Alfredo, a quien pronto va a necesitar Doña Teresa pero no estará en condiciones de pedirle nada después de esto.

Javier ha sido descubierto y tendrá que enfrentarse al tribunal militar, en el que no dudarán en sentenciarle al fusilamiento inmediato. Solo Alfredo puede ayudarlo a librarse de esta, pero como hemos dicho antes, ahora mismo no creemos que sea su prioridad después de haberse quedado sin nada, a no ser que Doña Teresa pueda ofrecerle algo a cambio que pueda compensarlo.