Ulises decide sumergirse para comprobar de qué se trata y averiguar si es un fallo en el eco del Estrella Polar o si realmente hay algo ahí abajo que temer.

Mientras tanto, Ainhoa dice estar preparada para ir a vivir con Gamboa, hecho que no le hace ninguna gracia ni a su padre, ni a su amiga y, en cierto modo, tampoco a Ulises, aunque este diga lo contrario.

A su vez, Ramiro descubre que todavía queda tierra en el basto océano. Sin embargo, no averigua con exactitud las coordenadas en la que esta se encuentra y por tanto, podrían pasar años hasta que la tripulación pueda abandonar el barco.

En consecuencia, el capitán decide omitir esta última información para no desanimar a su tripulación. No obstante, las mentiras siempre salen a flote.