Mateo está entre la espada y la pared, su tía Juana padece una enfermedad en los huesos pero se niega a ir al Hospital por miedo a que le diagnostiquen algo peor. Adriana, por su parte, no le habla desde su vuelta de Madrid donde las cosas se torcieron embarazosamente para la dos. Para colmo, Marga persiste en su deseo de progresar profesionalmente y aprovecha que el Doctor no está en San Martín para cubrir su puesto en la clínica y ejercer sin licencia.

Carol vuelve a hacerse de notar desapareciendo, sin decirle a nadie dónde está, por lo que tiene a todo el pueblo, sobre todo a Alfredo, de vuelta y media. La amistad entre Elena y Carol llega a un punto crítico en el que Adriana se ve en la necesidad de mediar entre ambas.

Pedro sorprende a Adriana tras revelarle que sabía más de lo que ella esperaba. Don Severino se enfrenta a su pasado y los demás lo ayudan a cerrar las heridas que no había curado hasta ahora.