Alba se traslada a casa de su hermano, a pesar de su cuñada Miriam, mientras que la prensa se hace eco de la detención de los Entrerríos y Eloy les salva como puede de los periodistas. El abogado informa a la familia de los procedimientos que tendrán que sufrir tras este suceso. Tendrán que afrontar la vistilla y la decisión del juez sobre la posible fianza.

Alba comienza a ser acosada por grandes bufetes que la quieren defender y la tratan como mercancía, pero no se deja manejar. Por su parte, Tirso le presenta a Marta, la abogada que la defenderá. Los Entrerríos asumen su nueva realidad, pero no bajan la cabeza y planean cómo desacreditar a Alba.

Mientras Alba esquiva a la prensa, Miriam les cuenta todo lo que puede, incluso que Alba y Bruno eran pareja. Eloy, sin embargo, intenta controlar a Bruno, pero está cada vez más rabioso. La protagonista por su parte se prepara para el posible juicio con Marta, pero la prensa y los rumores le pasan factura.

Por otro lado, parece que la boda de Rubén y los negocios de los Entrerríos con Emilio Solana penden de un hilo tras las últimas noticias del caso. Mercedes no piensa permitirlo y hace lo posible para ganarse al juez instructor. Mientras tanto, Eloy va a por todas y consigue unas fotos sugerentes de Alba con las que poner a toda la opinión pública en su contra.