En Toledo no salen de una y ya están entrando en otra, los rumores se extienden por toda la ciudad, la maldición de los Templarios está aquí y por lo pronto aparece otra persona muerta.

Todo esto se rumorea ya que en medio de la noche un hombre cubierto en llamas corre por las calles de Toledo y cuando llega a la cruz del Temple muere, en su mano podemos encontrar una pieza singular bastante rara en la que se sostiene una inscripción en latín pero no del todo clara, lo que si se distingue muy bien en ella es la palabra: Templario.

Abraham saca sus propias conclusiones al respecto, y piensa que la pieza que llevaba en su mano el hombre ardiendo corresponde a una del tesoro de los Templarios, y como dice la leyenda, toda persona que se encuentre el tesoro será castigado con una muerte terrible.

Fátima intenta comunicarse con su padre, Taliq, haciéndole ver que ella solo quiere casarse por amor, aunque el crea que el matrimonio con Abdul es ventajoso para todos y a pesar de que él sea un joven bastante agradable, pero Taliq es bastante estricto con estos temas, y cree que una mujer musulmana como es Fátima debe de casarse con quien ordene su padre y formar una familia.