Ernesto acoge a su ahijada Violeta, ya que se ve en la obligación hasta que su padre vuelva de esos misteriosos viajes de negocios a los que acude. La chica es preciosa, pero también un tanto rara, de momento duerme en la misma habitación que Laura, con la que no ha congeniado mucho ni con ella ni con su amiga Aitana, con la que ha empezado con mal pie, ya que Violeta se lleva a todos los chicos de calle, entre ellos a Charlie.

Inocencio, que esta perdidamente enamorado de Cuqui, está deseando tener un encontronazo sexual con ella, pero no sabe muy bien cómo hacerlo porque tiene miedo de que esta se ofenda. Él lo da todo por ella pero le molesta y se queja de que ella a él lo trata como un amigo más. Como a Ernesto y Mariano les encanta recetar no hacen más que inventar estrategias para que consiga ese acercamiento con la supuesta mujer de su vida.

Loli y Claudia se han comprado un consolador para hacerle un favor a la Cuqui que desde hace poco está vendiéndolos pero también les llama la atención y lo querían probar. Cuando Ernesto y Mariano le enteran entran en una depresión instantánea con su hombría y además no pueden hacerse a la idea de que ellas pudiesen llegar a utilizarlo.