Bernardo ocupa un buen cargo dentro de la embajada, y aprovecha su posición para tramitar visados de manera acelerada y saltándose todos los pasos legales y establecidos. Por ellos, cobra una suma de dinero, contribuyendo así a la trama de corrupción junto a Eduardo y a Patricia.

Sin embargo, el cónsul es en verdad un hombre temeroso, inseguro y cobarde. No asume nunca grandes riesgos sino que trabaja bajo las órdenes de Patricia y Eduardo, y aún así, siempre trata de cubrirse las espaldas, aunque para ello tenga que tomar medidas desesperadas. Tampoco sabe enfrentarse a nadie sino que prefiere asumir las órdenes de los demás.

Siempre ha estado en un segundo plano y eso le ha permitido no llamar la atención durante mucho tiempo pero, desde la llegada de los nuevos embajadores, vive con un inmenso miedo a que la trama se destape y él pueda perder su empleo. O lo que es peor, que Eduardo decida cargar contra él para salvar sus espaldas.

En su casa tampoco es capaz de tomar decisiones importantes, los pantalones los lleva Olga, su esposa. Ella es una mujer decidida que disfruta de una vida acomodada en Bangkok. Es avariciosa y no permitirá tener menos de lo que merece. El dinero le ciega y no renunciará a él fácilmente.

Tristán Ulloa es el encargado de dar vida al Cónsul de la embajada. Se trata de un profesional del mundo audiovisual con experiencia no sólo dentro del reparto, sino también como director. Además, también es escritor.