Por su cuenta, Diego prosigue con las averiguaciones. Y embarca pronto a Ana en esta investigación particular. A nadie se le escapa que la atracción entre ambos es ya muy evidente.

El descubrimiento de un nuevo hilo suelto le permite a Ana y Diego avanzar en la investigación. El joven presuntamente autor del asesinato no era venezolano, sino colombiano, y manda periódicamente dinero a una dirección concreta en su país natal. Ambos deciden trasladarse hasta Colombia y continuar la investigación allí aunque para ello tengan que hacerlo al margen de la legalidad. Se juegan el todo por el todo en este viaje.

Para la producción de este capítulo, se ha contado con  localizaciones de Madrid y Colombia, país en el que, entre otros lugares, se ha grabado en la capital, en el desierto de La Guajira, en el poblado de la tribu Wayuu, en la Sierra de Santa Marta y en el Río Magdalena.

Entre las anécdotas que se sucedieron, el productor ejecutivo de la serie, Jacobo Bergareche, recuerda la tromba de agua caída durante un día de rodaje en el mismo desierto de La Guajira, lugar  que se supone el más seco de Colombia. Bergareche también destaca el aprovechamiento de muchos elementos. Así, a la hora de buscar la ubicación de la comisaría de ‘Karabudjan’ -para lo que se buscaba un escenario de varias alturas-, encontraron en la redacción del periódico “El Tiempo” el escenario perfecto, de modo que actores y periodistas del rotativo colombiano convivieron en el mismo lugar de trabajo durante los días de rodaje de la ficción.