Pablo dirige las sospechas hacia Héctor al revelar las fotos de su ex novia, muerta en circuntancias similares a las que rodeaban a Marta cuando la encontraron. Lola y Salva descubren, además, que Héctor llegó a España un día antes de lo que él había indicado, por lo que ya se encontraba en el país cuando Marta murió. Para eliminar toda duda acerca de su implicación, Héctor decide somerse al polígrafo.

Juan Rueda quiere tener un detalle con Agneska y le regala un Ferrari. El negocio del hachís sigue en marcha y el empresario se enriquece con la mercancía. Francisco, en cambio, quiere dejar un negocio limpio a su hija y decide hablar con Vlad para abandonar su acuerdo. No son los únicos implicados: Pablo también está implicado en las actividades delictivas del serbio.

Por su parte, Fernando recibe una nueva carta anónima anunciando un nuevo asesinato. Cuando Héctor la ve, se teme lo peor.

Además, aparece una nueva víctima asesinada del mismo modo que Marta: con un golpe en la cabeza. No hay rastro de huellas ni de ADN.

Para terminar, Lola pide a Salva que vigile a su prima Sol para que no le ocurra nada.